Dicen que las alegrías cuando se comparten se agrandan. Y que en cambio, con las penas pasa al revés. Tal vez lo que sucede es que al compartir lo que se dilata es el corazón. Y un corazón dilatado está mejor capacitado para gozar de las alegrías y mejor defendido para que las penas no nos lastimen por dentro.
FELIZ AÑO NUEVO