Hibiscus amarillo






Dicen que las alegrías cuando se comparten se agrandan. Y que en cambio, con las penas pasa al revés. Tal vez lo que sucede es que al compartir lo que se dilata es el corazón. Y un corazón dilatado está mejor capacitado para gozar de las alegrías y mejor defendido para que las penas no nos lastimen por dentro. 
Mamerto Menapace
FELIZ AÑO NUEVO

Miradas que van y vuelven





Hoy me vais a permitir una pequeña licencia. La situación así lo requiere.
Mañana un amigo parte de nuevo hacia su país de origen, Colombia, después de haber permanecido a este lado del charco durante ocho años. Se va con el "corazón partío", lo sé.
En esta persona se dan unas características ciertamente difíciles de reunir en una sola. En este tiempo hemos disfrutado del regalo de su presencia y lo que ello supone. Osadía, misterio, ternura, alegría, generosidad, simpatía, ayuda, frescura, picardía ...
En definitiva, ... pequeños fragmentos de vida.
Este hombre utiliza hoy mi espacio para despedirse de las personas a las que quiere y aprecia. Estas son sus palabras y esta que estás escuchando es la música que ha elegido para acompañarlas:

Sueños, esperanza, ilusión, amor ...
Quiero despedirme aunque permaneceremos unidos con el pensamiento y con el corazón.
Quienes lean este mensaje comprenderán que estos últimos años han sido fundamentales en la formación de la persona que soy hoy. Compartir innumerables momentos con ustedes ha hecho de mi felicidad un diario vivir y una ayuda para crecer y decidir seguir adelante con mis propósitos.
Afortunadamente he aprendido a transformar la ausencia de quienes quiero en esperanza de volverles a ver.
En adelante, la ilusión por conquistar mis sueños me ayudará a caminar sin detenerme hasta poder dar lo que sé a quienes más lo necesitan.
El amor por mi tierra, por mi familia y por mi profesión es lo que hoy tengo.

Gracias por haber querido compartir conmigo, gracias por su amor y gracias, querida Isabel, por permitirme utilizar tu espacio para expresar lo que siento.

Hasta pronto,

Mauricio Rincón Hernández